miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un otoño más

Llegaba el otoño y era siempre igual. Su mirada afuera de su ventana, tan impenetrable y tan lejana. Cualquiera que lo visitara tenía miedo de quedar atrapado por esos ojos, tan furtivos y profundos. Tan tristes e inalcanzables. Y es que parecía estar lejos de allí, en otro lugar. Cualquier situación parecía serle indiferente.
Pero ellos, ellos en vez de acercarse se alejaban, se mantenían distantes como si nada peor pudiese haber pasado. ¿ Qué querría aquél hombre con esa actitud insobornable? Entendería realmente lo que estaba sucediendo a su alrededor?
Sin embargo, parecía que tiempos mejores lo habían alcanzado, y ahora estaba añorando aquellos años felices, tan llenos de ese todo que parecía estar recordando con cierta melancolía .
-Sabrá que existimos?- se aquejaba su compañero de habitación, postrado en su silla de tomar el té en algún cuarto contiguo.
Afuera estaba nevando, los chicos salían del colegio y sus guardapolvos blancos se perdían entre tanto paisaje blanco.
Él seguía sentado y su mirada, inamovible. Ya vendrán otoños mejores, se dijo impasible.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Juraría no haber amado nunca. Si no fuese por este sublime instante de exasperación mezclado con melancolía. Ni siquiera. Tal vez pensaba que era eso, pero ni siquiera podía descifrarlo.
Un nudo en medio del pecho, del estómago. Calambres. Inmutada. Parálisis total. Y ahí estaba. Esa maldita esquina de la suerte. Sus ojos clavados en su nuca, en su pelo. Era o no era? Sí, era evidente que era.
Estaba igual. El mismo aire altanero, paso fugaz, veloz. Vestía igual que de costumbre. El pelo, quizá era eso, un poco más escaso, quizá. Se da vuelta, como queriendo cruzar la calle. Ella esquiva la mirada.
Trata de mirar a otro lado. La casa de la esquina, sus tejas, los árboles, el incipiente otoño que apenas dejaba entrever un sol más tenue y algunas hojas en el suelo. Pensó escuchar su nombre.
Realmente la había llamado? Pensó en mirar. Pero no se atrevía. Quizá debería, pero no. En qué estaba pensando? 3 años después... No podían haber sido en vano. Empezó a caminar en la dirección contraria.
Ya no importaba más nada. Otra vez su nombre. No, no podía ser cierto. Apresuró el paso. De pronto, unos pasos firmes. Otra vez la respiración entrecortada. Una mano en su hombro. Ahora sí, era el fin del mundo y esta vez no podría evitarlo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Hola, me quiero escapar del mundo

La decepción como un ciclo sin fin, de esos interminables, infinitos, que se reciclan. Como un circulo vicioso del que no podes desprenderte, porque justamente de eso se trata la cuestión. Y cuanto mas tratás, peor es, peor termina, aunque sea de forma preventiva.Y después todo eso se transforma caos, y ese caos en rencor, y después en deseo. Y ese deseo... ese deseo se transforma en algo pesado, insostenible, que no te deja mover.
Hola, me quiero escapar del mundo. Tal vez pienses que soy ilusa, o tonta o que estoy loca... pero, quién me lo va a impedir? vos? Sí, son mis deseos, y sí, tal vez ya me estoy volviendo loca y ya no me pueda mover....

domingo, 14 de agosto de 2011

Here we go, a votar.


La gente se desesperaba, despotricaba, refunfuñaba. Estaba sacada, literalmente. Una fila de mas de una cuadra que después se redujo para formar parte de un gran acumulamiento en la entrada. Puteadas, gritos pelados a lo “forro, pelotudo, ineficientes”, etc. Gente pisoteada, gente empujada, gente desmayada. Yes. Gente que quería tomar el control, otra a la que parecía inundarla la ira en su más profundo inconsciente. Y yo y mi mente, tratando de pensar en otra cosa que no sea indignante. Pero imposible.
Más gritos, un perro perdido, nenes llorando. Más gente enojada. Un borracho que queria ir al baño y terminó meando atrás de un auto. Un guardia casi linchado (ganas no faltaban), que terminó resignado. 
La gente finalmente terminó empujando y abriendo las puertas, pasando a sus respectivas mesas, subiendo y bajando escaleras. Todos desesperados por ejercer su acto democrático en el sentido más pleno de la palabra.
Gente con cortes raros, aritos fluor y billeteras de damas gratis. Gente muy paquetona muy, y señoras adineradas protestando por sus derechos.
Mis ojos no lo querían creer, mi cabeza tampoco. Pero sí. Efectivamente estaba sucediendo. Y ahí estaba yo, empujada por la multitud, indignada y de mal humor en uno de los colegios más respetados y adinerados de la zona norte esperando para votar mas de una hora y media. Una hora y cuarenta para ser precisa. Here we go, a votar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Y es que hay cosas que el tiempo parece empecinado en querer extirpar. Ya no creo en desatinos, ni en casualidades ni destinos. Creo en el aquí y ahora. Más allá de que las cosas que vuelvan a mi estén llenas de polvo y me burlen con alguien que ya no soy ni era...

jueves, 23 de junio de 2011

La noche apuraba a la gente. El frío calaba los huesos. El subte parecía más vacío de lo normal. Típico lunes agotador y nefasto. La estación Pueyrredón se llenaba de papeles de todo tipo, y los cestos chorreaban líquidos desagradables y un olor insoportable impregnaban los pasillos.
- Venis a mi casa? - había preguntado él, un tanto ansioso.
Y otras tres horas en su cuarto bastaron para querer saber más de ella. Cuál era su nombre, por ejemplo, nunca se lo había dicho y nunca le había importado saberlo.
La conocía hace días, semanas, meses, a quién le importaba.
Cada encuentro era especial. Y ahora su piel se tornaba irresistible. Su presencia, igual de necesaria.
Ella se levantó, se desprendió de un tirón de las sábanas y su cuerpo desnudo era iluminado por las pocas luces de la ciudad.
Él volvió a recorrer todo su cuerpo.
El ruido del televisor en el comedor y la música encendida distraían sus pensamientos.
-Va a ser mejor que te busques a alguien de tu edad- Apuntó él. -Me parece que estoy un poco grande para vos, no?
Ella sonrió y siguió en silencio, sin moverse de al lado de la ventana. Había prendido el segundo cigarrillo y ahora el humo volvía a impregnar la habitación.
- No tenés frío?- Insistió.
-No...- contestó ella, y volvió a su cigarrillo. Y su mirada apuntó al patio que daba afuera de la ventana.
Los perros ladraban y las calles estaban definitivamente vacías.
Otro lunes más que se iba.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Y que no me digan que ya no tengo alma

Y ya esas ganas acrecentaban. Y también la desesperación.
Esa calma que tuvolugar en el día ya no estaba.
y se escuchaba ese sordido y ansioso sonido del reloj, y sus agujas, y sus horas.
El tiempo. el tiempo se apagaba y solo te veia ahi parado. Mirando, pensando.
otro dia que muere y otro dia que fue inutil, en vano. porque nadie piensa y nadie siente.
y aqui estaba yo con mis dedos manchados, mis mantas acumuladas y una luz lejana que también parecía abandonarme
Pensaba que el tiempo se iba y otra vez me quedaba sola.

domingo, 3 de abril de 2011

Eso te pasa por dormir con almohadas

Ok, duermo en una superficie a la que no se la puede llamar almohada. Simplemente porque no merece el nombre de tal. Es decir, no tiene relleno y su grosor no debe pasar de un par de milímetros.
Es más cómodo, como dormir en los sillones, como dormir sobre un hombro/e, como dormir sobre el piso.
No entiendo como hay gente que se pone dos, tres, y hasta cuatro almohadas de todo tipo y tamaño. Y todo tipo de relleno también. Dormir sobre esa superficie esponjosa, inflada…
Debe ser porque duermo casi en la nada que no tengo pesadillas. Antes, cuando dormía sobre esa cosa inflada digna de ser llamada almohada, tenía sueños, y de los más feos.
No voy a contar detalles porque tampoco me acuerdo tanto, (Sí, tengo memoria super selectiva, como vos), pero obviamente siempre terminaba mal, muy mal (yo).
Hasta, que opté por no tener casi nada debajo de mi cabeza. Y mis problemas se solucionaron!
Nada de miedos que jamás saldrán a la luz, ni de fobias reprimidas, ni de cosas que me persiguen, ni traumas que merezcan tratamiento psicológico,  por supuesto que no!.
-         Ves, eso te pasaba por dormir con almohadas.
Thankiu Robert.

domingo, 27 de marzo de 2011

It's my party y te invito si quiero: El Kuelgue en Niceto

26 de marzo a las 21 en Niceto. Esa era la proposición de El kuelgue, esa era mi cita para el sábado a la noche. Pocas fueron las criticas que leí y pocos eran los temas que había escuchado, sin embargo tenía ganas de pasar un buen momento de sábado.
Estos chicos, proveedores de una locura fuera de lo común y de un estilo extravagante, se subieron a las tablas… y me llevé una gran sorpresa. Con varios músicos en escena, incluido un tecladista/baterista lesionado del brazo, estos muchachos destrozaron el escenario.
Llegando  las 22 hs abrieron el espectáculo en un lugar cálido y lleno de gente con muchas ganas de bailar. Arrancaba todo como un recital más pero no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta que estos chicos eran algo fuera de lo habitual y que lo íbamos a pasar más que bien.
El frontman, muchacho inquieto que recorría el escenario de un lado a otro con pucho/bebida en mano, era un personaje llamativo sin lugar a dudas. El humor y la improvisación tuvieron un lugar importante a la hora del show.
Es una banda diferente a las demás, una propuesta diversa en la que tiene lugar las canciones divertidas, los chistes y la improvisación a pleno por parte de sus integrantes.
Al cantante lo acompañan varios músicos que también intervienen en escena varias veces, ya sea para hacer coros como para participar de los comentarios delirantes y espontáneos.

La actualidad tampoco quedó afuera, Macri y el reality Gran Hermano eran sus
tópicos favoritos a la hora del humor; así como tampoco las redes sociales y los cosas cotidianas que te pueden suceder en cualquier día y a cualquier hora. Se sumaron, además, los invitados de lujo Nazareno Casero y Edu Schmidt que subieron para hacer lo suyo. Era una verdadera fiesta, y nadie se quería ir.
Los comentarios sin sentido, la naturalidad y la calidad se hicieron notar a todo momento. La estética también sorprendió. El sonido no falló en ningún momento, las luces hicieron lo suyo, y las singulares animaciones proyectadas al fondo del escenario complementaban un show al que parecía no faltarle nada.
Un recital que prometía barbaridades, y cumplió.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Aunque los Cuentos se terminen, la historia no deja de escribirse
Luego de unos meses tras la separación de Cuentos Borgeanos, banda que se estaba asomando al éxito nacional, Lucas Hernández, músico, sigue buscando nuevos rumbos para lo que más le gusta hacer: tocar la batería.
Por Lucía Poppa

Lucas nació Lucas Patricio Hernández, pero todos lo llaman cariñosamente “El gato”. Tipo medio calmo, medio callado, medio tímido, un tipo tranquilo, eso parece. Tiene veintiocho años pero una vasta carrera y experiencia en la música.
Acerca de sus inicios El gato recuerda que la música lo atrapó desde su temprana infancia y ya desde muy chico estaba involucrado en la música, un poco por interés propio, otro poco tal vez por influencia de sus hermanos que lo fueron metiendo en este fantástico mundo. El gato piensa, recuerda y remata “siempre escuchaba por sobre todas las cosas a la batería”.
Pero lo que podría determinarse como un evento crucial y que marcaría su vida fue el recital de Kiss en River, en el año 1997: “Recuerdo que después de mi primer show de Kiss (...) decidí arrancar con todo y formar mi primer banda. Creería decirte que oficialmente ahí comenzó mi carrera musical”.
Pero, a diferencia de muchos músicos contemporáneos (y no por desmerecer a ninguno), El gato tomó clases de batería. Su docente fue Fito Messina, quien lo guió y le enseñó diferentes estilos por el correr de 10 largos años. Él reconoce que le  “enseño a poder descubrir lo abarcativo que es la batería, a poder absorber lo bueno de cada uno estilo o de cada baterista”. Pero no sólo le gusta la batería sino que, curioso e inquieto, también se le dió por estudiar guitarra y tocar la armónica, instrumento que asegura que, a pesar de no ser su fuerte, lo entretiene demasiado.

Entre sus máximas influencias se encuentran los inolvidables David Gilmour, Roger Waters, Jagger, Richards, Paul Stanley, Gene Simmons, Dave Grohl y Hetfield . Con respecto a sus bateros favoritos destaca a Lars Ulrich (Metallica),  Ringo Starr (The Beatles),  Ian Paice (Deep Purple) y Hawkin (Foo Fighters).
Antes de tocar en Cuentos Borgeanos, Lucas tuvo unas numerosas bandas. Incursionó en los estilos pop, funk, rock, punk, heavy metal. Y agrega: “Soy de los que piensan que para formar tu propia identidad en la música, hay que haber tocado cada uno de los estilos que te guste. Lo principal para mí     siempre fue divertirse tocando, y sobre todo si tocas con amigos”.
También, y paralelamente a Cuentos, estuvo tocando desde el 2002 en Ummagumma, banda tributo a  Pink Floyd. Se presentaron en importantes teatros de Capital Federal como en el Coliseo y en el Gran Rex y también recorrieron el interior. En cuanto a otros países encararon giras que lo llevó a visitar lugares como Ecuador, Perú y Uruguay.
Durante los últimos ocho años, Lucas se destacó como baterista de Cuentos Borgeanos.  Esta banda, integrada por Abril Sosa (ex Catupecu Machu), Agustín Rocino, Diego Lopez y Lucas Hernandez, estaban escalando a la fama. Llegaron a grabar cuatro cds (Fantasmas de lo Nuevo, Misantropía, Felicidades y Psicomágico), el primero de ellos lanzado de forma independiente.

Cuentos estaba creciendo como banda con un par de canciones en la radio que adquirían cada vez más rotación en las principales emisoras y llenando sus recitales con cada vez más gente. Hubo una epoca en la que Cuentos llevaba principalmente púberes, adolescentes y sobre todo chicas a sus recitales, pero en este último tiempo la banda alcanzó cierto crecimiento, llenando sus recitales con gente de diversa edad y gustos musicales.

Pero luego, tras casi una década de carrera y ruta juntos, a través del Facebook y Blog oficial de la banda anunciarían su separación a mediados de este año. Tras este vertiginoso fin, Lucas se encuentra haciendo otras cosas, buscando un rumbo en la escena musical.

Entre sus más recientes proyectos destaca a “4 en un cuarto”, banda conformada por Gustavo Aspauzo, Martin de Bernardi y también junto a su ex compañero de grupo, Agustín Rocino. Según él mismo afirma acerca de este proyecto es “Un poco mas rockero comparado con lo que veníamos haciendo. Estamos en etapa de composición y planeando algunas presentaciones en vivo para lo que falta del año, antes de comenzar a grabar lo que va a ser nuestro primer disco”.
Tambíen tiene otro proyecto que tambíen incluye al ex bajista borgeano, Rocino, llamado “4 palos”, banda que se dedica a hacer covers de Led Zeppelín. Y a estas bandas que están surgiendo del rock nacional, se la suma la banda bautizada “Federación Afrancezada de Fonk”, en donde el músico asegura no tener límites a la hora de la composición. También, como si fuera poco, y en un ambiente fuera de los escenarios, Lucas da clases de batería.

Pero no solo sobresale detrás de este poderoso instrumento. Detrás de este músico talentoso se pueden llegar a apreciar otros matices; “el gato” se está posicionando también como productor de las bandas “Ese Perro”, “Lester”, “Lemon Peel” y “Bisonte Blanco”, entre otras.


La disolución de Cuentos dejó tristes a sus fans. Lucas, momentáneamente, prefiere no hablar del tema y me pide perdón. Acerca del por qué, Abril, cantante y frontman de la banda, destacó el cambio y la falta de ganas tras ocho años de carrera con el grupo. Finalmente, según confirma el vocalista, la banda decidió que “su ciclo había llegado a su fin”.

El público siempre quiso a Lucas, se nota en el aprecio de sus seguidores ante, durante y después de un show. En el escenario se lo ve radiante tras la batería. Suena impecable, con ganas, potencia, energía y sobre todo y lo más destacable, se le dibuja una sonrisa de punta a punta en su cara.

Asegura que el hecho de subir a un escenario le provoca muchas sensaciones, incluidos los nervios previos a un show. Pero también destaca como una de las cosas que más le gusta el  “cosquilleo previo al subir al show”, que describe como “un enamoramiento constante con la música que se renueva en cada recital, ya sea en un estadio o en el pub más chico”.

“Pura satisfacción”, con estas palabras describe lo que le brinda la música. Lucas declara que su  “objetivo principal en la música siempre fue y es poder crecer como artista, músico y baterista”.   Y se anima a ir más lejos: “La música es mi vida y voy a tratar de disfrutarlo en cada momento y cada situación. Me encanta y disfruto tocar la batería donde sea, cuando sea y con quien sea”.

Ahora, después de un cambio tan fundamental como lo es la separación de una banda sólo queda esperar. Veremos con qué nos sorprende este excelente y entusiasta músico en estos nuevos horizontes y proyectos que lo esperan en el maravilloso mundo del rock nacional.


lunes, 7 de marzo de 2011

La ambición, un mal innecesario. Lo superficial es inutil. Lo complejo aburre. Me quedo con la simplicidad, con el ahora, con mi presente. No pido mas porque no quiero, porque no necesito. El todo me sobra. Esto... esto me alcanza. Cuando no buscás ser feliz y sólo querés ser, conseguis realmente lo que siempre estuviste buscando.

martes, 15 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Creer que las cosas son complicadas y no mirar más alla. Es certero creer que las cosas son simples. El único impedimento es uno mismo.

martes, 25 de enero de 2011

El silencio es la mejor compañía para acordarse de la esencia. Nada tiene sentido lleno de ruido. Cuando la compañía ajena es innecesaria y cuando los consejos superfluos, nada mejor que encontrarse con uno mismo.

lunes, 17 de enero de 2011

El tiempo y Cuentos...

 
Sendero oculto- Cuentos Borgeanos
Vuelco mi vida hacia un sendero oculto
Donde se esconde el tiempo
Sueño que no hay muerte, soy eterno
Vivo la agonia del infierno.
Siempre pensamos que ese dia
Nunca vendra por nuestra vida
Suenan campanas que me aturden
Suenan palabras que confunden.
 ¿Donde quedo la valentia, donde?
Esa filosofia absurda de ponerle nombre al curso
¡Absurda la vida!

sábado, 15 de enero de 2011

Felicidad superficial, momentánea y fugaz. Sonidos correctos, ritmos veloces; voces agudas y armónicas. Al fin llegaba este momento y esperar no tenía sentido.
Cualquier movimiento en falso era necesario. Cualquier cosa que sucediera estaba bien. No importaba nada más. Volvían las voces y las risas continuaban. Una mirada melancólica.
Un momento único e irrepetible. Sencillo. Sublime.

lunes, 10 de enero de 2011

Contradicción y confusión

La confusión y el no deseo. El no deseo y la apatía. La apatía, la dejadez. La dejadez, la nada misma. Pero como si mirar a un horizonte fuese claro y fácil. Y como si fuese el unico.
Querer lo no claro. Querer lo dificil. Esos caminos que no siempre se ven a simple vista.
Después de la confusión viene la agitación y con ella la acción. Querer, hacer, hacer y querer. Querer más.

jueves, 6 de enero de 2011

Ambigua sensación de no querer pertenecer y querer algo que no es tan mio. Como si algo fuese de alguien y todos fuesemos dueños. Pensar para otros y no para uno. Fijarse en detalles pero sin arraigarse a nada.  Mirar afuera pero despreocuparme por todo. Querer nimiedades cuando no hay nada realmente importante. Extraña sensación. Querer todo y no querer nada.

lunes, 3 de enero de 2011

Renacer en algo más. Todo es parte de todo y el cansancio innecesario. Querer lo imposible. Cantarle al viento y a la vida. Quién dice, más que nosotros mismos lo que debemos hacer. Quien mejor que nuestras propias ganas para tomar nuestras decisiones. Quién mejor que nosotros para elegir. Para ser felices. El tiempo es hoy y mañana no existe. El tiempo es nuestro y mañana no existe.

domingo, 2 de enero de 2011

Recorrer el tiempo como algo deshabitado. Recorrer los días como tan solo recuerdos. Es rápido, es sencillo. Y los años sacuden mi mente. Y el tiempo agita el recuerdo. Memoria escurridiza. Memorias para no recordar. Como si olvidar fuera fácil; un acto tan-no-necesario.

sábado, 1 de enero de 2011

Caí, de nuevo. Y, para mejor, como si todo esto ya hubiese existido.
Me dejo llevar por los ritmos desenfrenados que me envuelven en el sopor. Y caigo, otra vez, como si fuera la primera.
Volveré y volveré con violencia, golpeando una y otra vez.
Nada resiste. Otra vez la adrenalina.
Todo se torna insoportable. Frágil.
La pausa como anunciando el final. Pero es un ensayo, una prueba. Nada es como parece. Y sobran los discursos.
Como si volviese a adivinarlo.
La pausa como anunciando...