sábado, 1 de enero de 2011

Caí, de nuevo. Y, para mejor, como si todo esto ya hubiese existido.
Me dejo llevar por los ritmos desenfrenados que me envuelven en el sopor. Y caigo, otra vez, como si fuera la primera.
Volveré y volveré con violencia, golpeando una y otra vez.
Nada resiste. Otra vez la adrenalina.
Todo se torna insoportable. Frágil.
La pausa como anunciando el final. Pero es un ensayo, una prueba. Nada es como parece. Y sobran los discursos.
Como si volviese a adivinarlo.
La pausa como anunciando...

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