domingo, 27 de marzo de 2011

It's my party y te invito si quiero: El Kuelgue en Niceto

26 de marzo a las 21 en Niceto. Esa era la proposición de El kuelgue, esa era mi cita para el sábado a la noche. Pocas fueron las criticas que leí y pocos eran los temas que había escuchado, sin embargo tenía ganas de pasar un buen momento de sábado.
Estos chicos, proveedores de una locura fuera de lo común y de un estilo extravagante, se subieron a las tablas… y me llevé una gran sorpresa. Con varios músicos en escena, incluido un tecladista/baterista lesionado del brazo, estos muchachos destrozaron el escenario.
Llegando  las 22 hs abrieron el espectáculo en un lugar cálido y lleno de gente con muchas ganas de bailar. Arrancaba todo como un recital más pero no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta que estos chicos eran algo fuera de lo habitual y que lo íbamos a pasar más que bien.
El frontman, muchacho inquieto que recorría el escenario de un lado a otro con pucho/bebida en mano, era un personaje llamativo sin lugar a dudas. El humor y la improvisación tuvieron un lugar importante a la hora del show.
Es una banda diferente a las demás, una propuesta diversa en la que tiene lugar las canciones divertidas, los chistes y la improvisación a pleno por parte de sus integrantes.
Al cantante lo acompañan varios músicos que también intervienen en escena varias veces, ya sea para hacer coros como para participar de los comentarios delirantes y espontáneos.

La actualidad tampoco quedó afuera, Macri y el reality Gran Hermano eran sus
tópicos favoritos a la hora del humor; así como tampoco las redes sociales y los cosas cotidianas que te pueden suceder en cualquier día y a cualquier hora. Se sumaron, además, los invitados de lujo Nazareno Casero y Edu Schmidt que subieron para hacer lo suyo. Era una verdadera fiesta, y nadie se quería ir.
Los comentarios sin sentido, la naturalidad y la calidad se hicieron notar a todo momento. La estética también sorprendió. El sonido no falló en ningún momento, las luces hicieron lo suyo, y las singulares animaciones proyectadas al fondo del escenario complementaban un show al que parecía no faltarle nada.
Un recital que prometía barbaridades, y cumplió.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Aunque los Cuentos se terminen, la historia no deja de escribirse
Luego de unos meses tras la separación de Cuentos Borgeanos, banda que se estaba asomando al éxito nacional, Lucas Hernández, músico, sigue buscando nuevos rumbos para lo que más le gusta hacer: tocar la batería.
Por Lucía Poppa

Lucas nació Lucas Patricio Hernández, pero todos lo llaman cariñosamente “El gato”. Tipo medio calmo, medio callado, medio tímido, un tipo tranquilo, eso parece. Tiene veintiocho años pero una vasta carrera y experiencia en la música.
Acerca de sus inicios El gato recuerda que la música lo atrapó desde su temprana infancia y ya desde muy chico estaba involucrado en la música, un poco por interés propio, otro poco tal vez por influencia de sus hermanos que lo fueron metiendo en este fantástico mundo. El gato piensa, recuerda y remata “siempre escuchaba por sobre todas las cosas a la batería”.
Pero lo que podría determinarse como un evento crucial y que marcaría su vida fue el recital de Kiss en River, en el año 1997: “Recuerdo que después de mi primer show de Kiss (...) decidí arrancar con todo y formar mi primer banda. Creería decirte que oficialmente ahí comenzó mi carrera musical”.
Pero, a diferencia de muchos músicos contemporáneos (y no por desmerecer a ninguno), El gato tomó clases de batería. Su docente fue Fito Messina, quien lo guió y le enseñó diferentes estilos por el correr de 10 largos años. Él reconoce que le  “enseño a poder descubrir lo abarcativo que es la batería, a poder absorber lo bueno de cada uno estilo o de cada baterista”. Pero no sólo le gusta la batería sino que, curioso e inquieto, también se le dió por estudiar guitarra y tocar la armónica, instrumento que asegura que, a pesar de no ser su fuerte, lo entretiene demasiado.

Entre sus máximas influencias se encuentran los inolvidables David Gilmour, Roger Waters, Jagger, Richards, Paul Stanley, Gene Simmons, Dave Grohl y Hetfield . Con respecto a sus bateros favoritos destaca a Lars Ulrich (Metallica),  Ringo Starr (The Beatles),  Ian Paice (Deep Purple) y Hawkin (Foo Fighters).
Antes de tocar en Cuentos Borgeanos, Lucas tuvo unas numerosas bandas. Incursionó en los estilos pop, funk, rock, punk, heavy metal. Y agrega: “Soy de los que piensan que para formar tu propia identidad en la música, hay que haber tocado cada uno de los estilos que te guste. Lo principal para mí     siempre fue divertirse tocando, y sobre todo si tocas con amigos”.
También, y paralelamente a Cuentos, estuvo tocando desde el 2002 en Ummagumma, banda tributo a  Pink Floyd. Se presentaron en importantes teatros de Capital Federal como en el Coliseo y en el Gran Rex y también recorrieron el interior. En cuanto a otros países encararon giras que lo llevó a visitar lugares como Ecuador, Perú y Uruguay.
Durante los últimos ocho años, Lucas se destacó como baterista de Cuentos Borgeanos.  Esta banda, integrada por Abril Sosa (ex Catupecu Machu), Agustín Rocino, Diego Lopez y Lucas Hernandez, estaban escalando a la fama. Llegaron a grabar cuatro cds (Fantasmas de lo Nuevo, Misantropía, Felicidades y Psicomágico), el primero de ellos lanzado de forma independiente.

Cuentos estaba creciendo como banda con un par de canciones en la radio que adquirían cada vez más rotación en las principales emisoras y llenando sus recitales con cada vez más gente. Hubo una epoca en la que Cuentos llevaba principalmente púberes, adolescentes y sobre todo chicas a sus recitales, pero en este último tiempo la banda alcanzó cierto crecimiento, llenando sus recitales con gente de diversa edad y gustos musicales.

Pero luego, tras casi una década de carrera y ruta juntos, a través del Facebook y Blog oficial de la banda anunciarían su separación a mediados de este año. Tras este vertiginoso fin, Lucas se encuentra haciendo otras cosas, buscando un rumbo en la escena musical.

Entre sus más recientes proyectos destaca a “4 en un cuarto”, banda conformada por Gustavo Aspauzo, Martin de Bernardi y también junto a su ex compañero de grupo, Agustín Rocino. Según él mismo afirma acerca de este proyecto es “Un poco mas rockero comparado con lo que veníamos haciendo. Estamos en etapa de composición y planeando algunas presentaciones en vivo para lo que falta del año, antes de comenzar a grabar lo que va a ser nuestro primer disco”.
Tambíen tiene otro proyecto que tambíen incluye al ex bajista borgeano, Rocino, llamado “4 palos”, banda que se dedica a hacer covers de Led Zeppelín. Y a estas bandas que están surgiendo del rock nacional, se la suma la banda bautizada “Federación Afrancezada de Fonk”, en donde el músico asegura no tener límites a la hora de la composición. También, como si fuera poco, y en un ambiente fuera de los escenarios, Lucas da clases de batería.

Pero no solo sobresale detrás de este poderoso instrumento. Detrás de este músico talentoso se pueden llegar a apreciar otros matices; “el gato” se está posicionando también como productor de las bandas “Ese Perro”, “Lester”, “Lemon Peel” y “Bisonte Blanco”, entre otras.


La disolución de Cuentos dejó tristes a sus fans. Lucas, momentáneamente, prefiere no hablar del tema y me pide perdón. Acerca del por qué, Abril, cantante y frontman de la banda, destacó el cambio y la falta de ganas tras ocho años de carrera con el grupo. Finalmente, según confirma el vocalista, la banda decidió que “su ciclo había llegado a su fin”.

El público siempre quiso a Lucas, se nota en el aprecio de sus seguidores ante, durante y después de un show. En el escenario se lo ve radiante tras la batería. Suena impecable, con ganas, potencia, energía y sobre todo y lo más destacable, se le dibuja una sonrisa de punta a punta en su cara.

Asegura que el hecho de subir a un escenario le provoca muchas sensaciones, incluidos los nervios previos a un show. Pero también destaca como una de las cosas que más le gusta el  “cosquilleo previo al subir al show”, que describe como “un enamoramiento constante con la música que se renueva en cada recital, ya sea en un estadio o en el pub más chico”.

“Pura satisfacción”, con estas palabras describe lo que le brinda la música. Lucas declara que su  “objetivo principal en la música siempre fue y es poder crecer como artista, músico y baterista”.   Y se anima a ir más lejos: “La música es mi vida y voy a tratar de disfrutarlo en cada momento y cada situación. Me encanta y disfruto tocar la batería donde sea, cuando sea y con quien sea”.

Ahora, después de un cambio tan fundamental como lo es la separación de una banda sólo queda esperar. Veremos con qué nos sorprende este excelente y entusiasta músico en estos nuevos horizontes y proyectos que lo esperan en el maravilloso mundo del rock nacional.


lunes, 7 de marzo de 2011

La ambición, un mal innecesario. Lo superficial es inutil. Lo complejo aburre. Me quedo con la simplicidad, con el ahora, con mi presente. No pido mas porque no quiero, porque no necesito. El todo me sobra. Esto... esto me alcanza. Cuando no buscás ser feliz y sólo querés ser, conseguis realmente lo que siempre estuviste buscando.